Líneas como las de arriba, pasajes enteros en las novelas son, en el fondo, artes poéticas, manifiestos personales de un poeta, sí, pero al mismo tiempo apuestas por el gesto libre e individual. Sujetos como estamos a los convencionalismos, a las ideas prefabricadas, a los piropos de cartón, leer a Pedro Granados es una vuelta a la poesía y a la literatura que de veras nos interesa: aquella que se juega lo que es para ser una díscola y lúcida aventura personal.
Carlos Quenaya
Acaso Juvenal es la insatisfacción perpetúa, quizá, de la modernidad o es acaso la insatisfacción de la adolescencia.
Finalmente -a modo de cinta adhesiva que trata de unir una circunferencia- un dato interesante en la narrativa de Pedro Granados: él culmina la figura de la novela graffiti – pintada velozmente con aerosol para no ser detectado- colocando entrevistas que le hacen a él mismo. Lo más delirante de esto, es que él reemplaza su seudónimo, Pedro, por el de Juvenal.
Daniel Beteta
El viaje carnal de Juvenal Agüero.
Juan Granados, El correo gallego
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