Pedro granados es muchas voces, lo habita una pluralidad que dialoga. En ese espacio de interacción él se dice cosas que le dicen a él mismo, y su poesía tiene esos ecos que van rebotando entre versos por la vida.
Se poesía es un ejercicio pertinaz de “deconstrucción” hacia dentro y fuera, una batalla en la que los vencedores son quienes tienen la voz que él les da, y con quienes orquesta una serie de piezas musicales, rítmicas, temáticas, en las que renace con sus elencos en los que está el mar, otros poetas, mitos o narraciones fundacionales, artes poéticas infiltradas en una actividad creativa que es siempre un descubrimiento del poeta (de sus intenciones creativas, de su mirada, de los diversos paisajes vitales y oníricos que configura con sus palabras).
Como lector uno espera quizás un guía y obtiene un mapa, una brújula, una especie de entidad que nos va llevando por el libro como si transitáramos una respiración agitada que desanda cuestas y llanuras.
Inkarrí, el libro de Pedro del 2024 es una revelación y una joya sobre la que vamos a conversar ahora. Hugo Aguirre.