Hemos
recibido –con vivo apetito y curiosidad– los ensayos, reseñas y notas
que, sobre poesía, Pedro Granados ha venido publicando en la Internet y
que han sido –son– fundamentalmente una invitación para discutir, para
agitar lo de sobra conocido y, muy a menudo, también para ponernos sobre
la pista de un poeta, un poema, una imagen, una idea que nos acompaña y
que resulta, a la larga, una especie de ventana para mirar y escuchar y
retornar más ventilados y ligeros; mejor dispuestos, tal vez, a la
poesía.
Allí donde la crítica se vuelve monocorde, astuta o ensimismada en su cómoda cháchara, la poesía simplemente pasa de largo. El autismo de este libro viene de la mano, felizmente, de una transparente hondura, de sutiles e iluminadores hallazgos y, sobre todo, de una alegre sabiduría que se transmite con la anuencia y complicidad del lector.
Carlos Eduardo Quenaya (Arequipa – Perú, 1984). Poeta y filósofo.
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